Con la edición de la cuarta antología de blues mexicano, la revista Cultura Blues da un paso importante en la consolidación de un proyecto de difusión, que no tiene precedentes en nuestro país.
Si algo caracteriza a la escena del blues nacional, es la falta de documentación de su historia. Contamos con un importante recorrido musical bluesero que se puede rastrear desde mediados del siglo XX, hasta nuestros días y es una pena que solo desde hace algunos años se haya hecho un esfuerzo sistemático, y no aislado, por dejar registro de lo que está pasando.
Esa ha sido la tarea de José Luis García Fernández, quien lleva varios años (¿décadas?) en la misión de difundir, promover y dejar registro del blues que se produce en México. En esta labor se ha acompañado de diversos amigos que han aportado su granito de arena al proyecto Cultura Blues, única revista electrónica especializada en el género, creada hace siete años.
Con la idea de hacer algo más, José Luis se embarcó en la cruzada de convocar e invitar a 14 bandas de diferentes estados del país, mayoritariamente de la Ciudad de México, para participar en “Nacidos Bajo un Buen Signo”, título creado por Luis Eduardo Alcántara y que en 2013 se convirtió en la primera antología de blues mexicano contemporáneo en producirse; “¡14 testimonios de blues hecho en México!”, rezaba la leyenda en la parte posterior del disco y mejor aún, las canciones contenidas, en su mayoría por no decir que todas, eran composiciones originales y no versiones de blues tradicionales (standars, se les llama en el jazz).
Cuando supe del proyecto —justo cuando estaba en el proceso de gestación—, me alegré por la noticia, la apoyé y la celebré, era justo lo que hacía falta, un disco que mostrara los diferentes sonidos del blues mexicano o hecho en México o como quieran llamarlo. Y eso fue, bandas de Guadalajara, Monterrey, San Luis Potosí, Querétaro, Morelia, Puebla; blues en español, en inglés, instrumental, hay para todos los gustos y corrientes. Ese material también fue una oportunidad para abrir una discusión necesaria: ¿qué debemos entender o imaginar como blues mexicano? y una más ¿qué se debe hacer o qué se puede hacer para profesionalizar más la escena?
El mes pasado, y cinco años después de la primera compilación, estamos frente a la cuarta antología de Nacidos Bajo un Buen Signo y las mismas preguntas sigue en el aire.
Están todos los que son y son todos los que están —como versa el dicho popular—, definitivamente no, imposible colocar en 15 tracks a todas las bandas diseminadas por el país, sin embargo, este cuarto compilado de blues me hizo ver que los tres discos anteriores, e incluso este mismo, son la representación de un momento del blues mexicano, por un lado; mientras que por el otro, son una muestra muy clara de los muchos blueses que conviven en todo el territorio nacional.
Lo mismo suena un blues tradicional de raíz con Los Blueserables, que un blues moderno, cercano al rock con Fonzeca-Caja de Pandora; blues en español con Raquel “Sirena” Esquivel, Big Danny’s, Perikles o la Impredecible Blues, que blues en inglés con Fonzeca, T44 Blues Band, Chris Sánchez o Rhino Bluesband; se perciben influencias de personajes como Guillermo Briseño o José Cruz Camargo, sin que eso necesariamente sea malo. Todos conviven en un mismo espacio, sin polémicas ni disputas estériles de quién tiene “el blues”, ni si es mejor en español o en inglés; ahí están, suena bien, habrá a quien le guste más una corriente que otra —eso ya entra en otra categoría: el gusto—, y es válido, pero eso no demerita el estándar de calidad que tienen todas las
canciones o el proceso creativo que siguió cada una de las bandas.
Con Nacidos Bajo un Buen Signo IV, estamos ante la culminación de un ciclo de Cultura Blues, de un largo proceso de siete años que ha llevado a la revista y a José Luis García Fernández, de gestar un proyecto a difundirlo y consolidarlo. Cultura Blues ahora ya es y debe ser un referente a la hora de hablar de la difusión y promoción del blues en México; si alguien tiene una idea muy clara de la escena blues en nuestro país, ese es José Luis.
La vara está muy alta, las antologías que vengan tendrán que cumplir cada vez con mayores requisitos en todos los sentidos y los proyectos de difusión que surjan en otros lugares ya tendrán un referente y eso sólo significará que el blues de nuestro país estará en una mejora continua.
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