En 1969 uno de los iniciadores del blues en México, Javier Batiz "El Brujo", junto con su amigo y antiguo discípulo Fito de la Parra, realizaron una sesión de grabación en Los Ángeles, en donde surgió el disco: Javier Batiz: The USA Sessions 1969.
En este espacio y a través de los micrófonos de Síncopa Blues he advertido de la falta de una historia de blues mexicano y de sus exponentes. Sí, se que existen esfuerzos, pero son aislados y ninguno logra aglutinar la suficiente información que de pie para hilvanar un relato en torno a este género en nuestro país.
En el verano de 1969, el músico mexicano Fito de la Parra, baterista por ese entonces (y hasta ahora) de la banda de blues estadounidense Canned Heat, organizó una sesión de estudio para su maestro y amigo Javier Batiz. En unos meses se celebrarán 50 años de aquella grabación que tuvo que esperar varias décadas, así como la luz de un nuevo siglo para poder editarse, gracias al mismo Fito quien mandó hacer la mezcla y lo editó bajo el sello Canned Heat.
Originario de la región cachanilla del país, es altamente probable que Batiz tuviera contacto con el blues mucho antes que otros músicos de su época que radicaban hacia el centro de México. La ubicación geográfica de Tijuana permitió un flujo permanente y constante de información de todo tipo con los estadounidenses, especialmente cultural.
De esta manera y sin querer entrar en una biografía de “El Brujo”, sí vale la pena destacar que varios músicos tuvieron su formación bluesera y rockera, parcial o totalmente, con Javier Batiz; uno de ellos fue Fito de la Parra, el legendario baterista mexicano que luego de tocar en la escena mexicana, incluido Batiz, se convirtió en el baterista de Canned Heat.
Ya decía que fue justamente Fito quien reunió a un grupo de músicos para que Javier pudiera grabar una sesión en ID Studios en Los Ángeles, California. Para el proyecto se reunieron el bajista de Canned Heat, Larry Taylor, Ernest Lane al piano; Olaf de la Barreda, en el bajo y Clifford Salomon, en el saxofón, además de claro Fito en la batería y Batiz en la guitarra y voz.
El resultado son 11 temas, la mayoría versiones de temas que ya formaban parte del repertorio de “El Brujo”, como Charlena, Slippin’ and Slidin’, Woke up this morning, Lonely Nights o Come Back Home, tema compuesto por Batiz y De la Parra, entre otros.
El disco, llamado “Javier Batiz: The USA Sessions 1969”, si bien se grabó fuera de nuestras fronteras, contiene el talento de dos mexicanos y se trató de un proyecto liderado por Batiz, lo que desde mi perspectiva lo hace un disco de blues mexicano, en el sentido de que la interpretación y los arreglos parten del contexto bluesero de un mexicano, de un tijuanense.
1969 nos da cuenta de una fecha importante para el desarrollo del blues nacional, dos mexicanos grabaron un disco de blues en tierras gringas ―el ejercicio se repetiría en los años 90 con Guillermo Briseño y Betsy Pecanins, en Nueva York (ya en otro momento hablaremos de ese gran disco que es Nada que Perder)―; sin embargo, mentiría si dijera que podemos tomarlo como un punto de inflexión para nuestro blues, ya que estaríamos ignorando casi toda una década de desarrollo.
Lo que nos queda es ir armando el rompecabezas de la historia con fragmentos aislados, pero sin perder de vista la imagen completa que se busca construir, que es un relato integral del camino del blues por tierras mexicanas. En tanto, celebremos los 50 años de Javier Batiz: USA Sessions 1969, que se puede escuchar vía streaming por Spotify.
@YonAmador
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