En el marco del Día Internacional de la Mujer 2018, dedicamos este texto a las jazzistas y bluesistas mexicanas que hicieron, hacen y seguirán haciendo la escena nacional con su talento, y no sin poco esfuerzo.
A lo largo de la historia las mujeres han tenido que luchar por espacios, libertades y reconocimiento. En el caso específico de la música, si bien no ha sido la excepción, hay que reconocer que desde los inicios del blues y del jazz, el primero a finales del siglo XIX y el segundo a principios del XX, la mujer ha tenido un presencia importante y, sin lugar a dudas, fundamental en el desarrollo de ámbos géneros.
Las dos primeras décadas de 1900 nombres como Ma Rainey (Gertrude Pridgett), Sara Martin, Memphis Minnie (Lizzie Douglas), las Boswell Sisters, o Bessie Smith, “La Emperatriz del Blues”, son nombres que entre tanto músico hombre, lograron hacerse de un lugar en la escena blues y jazz del momento y además sirvieron de inspiración para generaciones posteirores como Ella Fitzgerald, Nina Simone, Billie Holliday, Sara Voughan, Lena Horne por mencionar sólo algunas.
En México la incursión de la mujer en la música profesionalmente hablando también se remonta a mucho tiempo atrás, incluso podríamos hablar de, cuando menos, el siglo XIX. Sin embargo en cuanto al jazz y al blues se refiere, tiene pocas décadas que ha logrado conseguir su espacio. Ella Laboriel y Baby Batiz, dos nombres que me viene a la mente de bote pronto, son dos de muchas mujeres, que desde los años 60 están en los escenarios, cafés y festivales, y que al igual que en Estados Unidos, inspiraron y abrieron brecha para que generaciones posteriores lograran cosechar lo sembrado.
Fueron las décadas de los 70, 80 y los 90, los años en los que la voz y el talento femenino comenzó a tener una presencia importante con nombres como Marggie Bermejo, Olivia Revueltas, Nina Galindo, Betsy Pecanins, Margie Bermejo, Hebe Rosell, Messe Merari, Iraida Noriega o Magos Herrera, las tres últimas con una proyección mayor ya en los 90.
Los últimos años nuestro país ha vivido una de las mayores explosiones en cuanto a intérpretes se refiere y no estoy hablando exclusivamente de hombres, todo lo contrario. Lo mismo podemos hablar de una larga lista de cantantes, que de pianistas, saxofonistas, compositoras, arreglistas, directoras musicales, la gran mayoría involucradas en proyectos propositivos, de gran calidad, graban discos y están dejando su huella en la escena nacional y al mismo tiempo, aunque ellas no lo vean ahora, inspirando nuevas generaciones.
Hace algunos años la bluesista, rockera e investigadora Tere Estrada publicó bajo el sello de Océano el libro “Sirenas al ataque. Historia de las Mujeres Rockeras Mexicanas”, un téxto fundamental para conocer los nombres y los rostros de quienes han estado presentes impulsando y desarrollando esté genero en nuestro país, inlcuso algunas de ellas tocando blues también. Sería muy importante contar con un documento de estas características pero para hablar de las mujeres en el jazz, ya que hasta la fecha tenemos una historia fragmentada e incompleta.
¿Fraude en el Festival Grooves and Blues?
Ya en dos entregas pasadas hemos hablado del malogrado Festival Grooves and Blues Guadalajara 2017, que fue cancelado en dos ocasiones (abril y noviembre) y cuya promesa de traer a uno de los mejores bluesistas de los tiempos recientes, John Mayall y posteriormente a la banda del Este de Los Ángeles, Los Lobos, terminó en un estrepitoso fracaso. En este espacio publicamos el caso de Denisse quien invirtió alrededor de cuatro mil pesos en tres boletos y una masterclass y es la fecha en la que María Sara González no ha regresado el dinero de los boletos. Ahora nos escribe David Álvarez para comentarnos que se encuentra en la misma situación, una situación que se repite en otros casos que han hecho de nuestro conocimiento. ¿Qué sucede? ¿Verdadera falta de liquidez de María Sara González para hacer frente al quebranto o ya una acto deliverado de no querer regresar el dinero de los boletos? En entrevista, María Sara comentó que sería en febrero cuando terminaría de pagar el resto del adeudo, todo parece indicar que no se cumplió; y mientras la sensación de defraudación y enojo crece entre las personas que confiaron en un festival que parecía muy serio. ¿Y la autoridad cuando intervendrá?
Comments