Live in Hong Kong, es el más reciente disco del extraordinario pianista, jazzista, arreglista, y compositor Héctor Infanzón. Grabado durante uno de los últimos conciertos que realizó en una extensa y frenética gira por Asia, este disco captura una noche mágica entre el cuarteto (Héctor, Enrique Nativitas, Adrián Infanzón y Luis Sánchez) y el cuarteto con el público.
¿Qué es lo que hace que una determinada presentación artística en vivo -ya sea teatro, música o cualquier otra cosa- sea espectacular, memorable? Creo que ningún estudio científico - académico podría dar con una respuesta certera y absoluta, ya que los espectáculos artísticos están rodeados de diversos factores, que difícilmente suelen repetirse, incluida la subjetividad, es decir, lo que para algunos pudo ser increíble, no necesariamente lo será para otros.
Ejemplos existen muchos en la historia fonográfica del jazz, un espléndido concierto de Ella Fitzgerald en Berlin; Jazz goes to junior college, álbum de Dave Brubeck que capturó un momento importante del jazz y su contacto con nuevas generaciones en los años 50; y para aterrizar en el jazz mexicano, el disco ¿Quién eres tú?, grabado sin audiencia, sin el objetivo de convertirse en disco, pero totalmente en vivo por Enrique Nery, Iraida Noriega y Aarón Cruz, quienes entregaron su talento, técnica y alma en cada una de las interpretaciones.
Esto mismo sucedió a 13 mil 140 kilómetros de la Ciudad de México, en el Orange Peel Jazz Club de Honk Kong, en donde Héctor Infanzón y su cuarteto (Enrique Nativitas, batería; Adrián Infanzón, bajo; y Luis Gómez, percusiones) tuvieron una presentación que quedará registrada en la memoria de quienes ahí estuvieron, en la de los músicos; y que gracias al disco Live in Hong Kong, el resto lo podemos disfrutar como si hubiéramos estado ahí, sentados en una de las mesas del club de jazz.
El destino y una pequeña ayuda de sus amigos (Lennon-McCartney dixit), llevaron a Héctor a realizar dos giras al continente asiático entre 2015 y 2016. Justo en 2015 la gira consistió en 20 conciertos en 25 días, como si se trata de un reto de reality show. La recta final del intenso recorrido, fue precisamente en Hong Kong, en donde se presentó en Peel Fresco (concierto 17), Backstage (19) y Fringe Club (20). El concierto número 18 fue en el Orange Peel Jazz Club -considerado el mejor club de jazz de la región-, en donde por mediación de la entonces cónsul de México en Hong Kong, Alicia Buenrostro, se realizó la grabación del concierto del 20 de marzo del 2015, a manera de la vieja escuela, es decir con una grabadora de dos canales.
“Se hizo una sola entidad energética con Adrián, Enrique y Luis”, recuerda Héctor de aquella noche. El disco está conformado por cinco tracks, que para los seguidores de Héctor Infanzón les serán conocidos, temas que lo han acompañado desde hace tiempo y que provienen de su disco Citadino: La chipilita, No porque me acuerdo, Aquí en mi, Zócalo y ¡Azúcar!. Composiciones que por mucho que se hayan escuchado, en este disco adquieren otra dimensión y sonoridad.
No importa cuántos y cuáles escenarios haya pisado Héctor Infanzón en su ya larga y prolífica carrera; como el estreno -nada más ni nada menos que en el prestigioso Musikverein de Viena- de su Concierto para Piano y Orquesta “Celebración”, en donde él mismo fue el solista o en diversos festivales de jazz como Montreal, Singapur o en los que se ha presentado dentro del territorio nacional, y digo que no importan los escenarios porque en cada uno Héctor entrega su alma, su talento y un poco más.
Técnica o emotividad (feeling, le llaman los gringos) difícil decisión en el jazz, por no decir que imposible. Héctor Infanzón posee ámbas, una técnica impecable frente al piano, una capacidad apabullante de improvisación (uno de nuestros grandes improvisadores en la actualidad) y también la sencillez y emotividad para conectar con la audiencia. En Live in Hong Kong, Héctor, Adrián, Enrique y Luis, plasmaron su técnica y su talento; la música salió de lo profundo de su ser para un público que les respondió a la menor provocación, que conectó con ellos, con sus sonidos, sus instrumentos y que para fortuna nuestra lo podemos disfrutar.
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