El jueves 16 de agosto se apagó la voz de la "Reina del Soul" Aretha Franklin. Mujer de potente voz, vivió una vida complicada pero llena de música y activismo político - social. Este texto se publicó originalmente en el portal del diario El Financiero, el viernes 17 de agosto.
Un padre reverendo, una madre pianista y cantante y en sus inicios, una carrera coral dentro de la iglesia. Esta historia podría parecer un chiclé, que se repite en muchos de los grandes cantantes de jazz, blues y soul de la primera mitad del Siglo XX, y fue también el inicio de la historia de Aretha Franklin, la cantante que fue nombrada la Reina del Soul a finales de los años sesenta.
Nació en Memphis, creció en Detroit y Buffalo. Con diez años de edad, en 1952, falleció su madre Barbara Siggers y la gran cantante de gospel Mahalia Jackson, la “Reina del Gospel”, la adoptó junto a sus tres hermanos. La influencia de Mahalia sobre la joven Aretha sería tan importante en la música, como en su involucramiento en el movimiento por los derechos civiles y su lucha por la equidad de género.
“Cómo puedo cantar blues”, preguntó en alguna ocasión Lena Horne a Billie Holiday, quien respondió “¿tienes hijos?, ¿tienes que pagar tu renta?, ¡ahí está!, canta blues”. Esta frase se acomoda perfectamente a Aretha, que además de tener un rango vocal más amplio que la de Billie, cantaba con la entraña como ella. Aretha fue madre adolescente, casi siendo niña; a los 14 años de edad realizó una extensa gira con su padre, el reverendo C.L. Franklin, por todo Estados Unidos, en donde ella cantaba y él predicaba; sufrió violencia doméstica... el éxito y reconocimiento tuvieron que esperar para mejor ocasión.
Uno de los momentos de mayor trascendencia política para Aretha fue en agosto de 1963. Mahalia Jackson, estaba parada frente a cientos de miles de personas en las escalinatas del Monumento a Lincoln, en Washington; ahí ante ellos y ante Aretha cantó “I Been ’Buked and I Been Scorned”, un viejo espiritual afroamericano que precedió al famoso discurso “I Have a Dream” de Martin Luther King Jr.
Luego de pasar sin pena ni gloria por la disquera Columbia, reclutada por John Hammond, Aretha firmó con Atlantic Records, en donde primero grabó “I Never Loved a Man (The Way I Love You)”, acompañada de los reconocidos músicos de estudio Muscle Shoals Sound Rhythm Section; ese tema la colocó en los primeros sitios de las listas de popularidad, sin embargo, el golpe final llegaría en 1967 con la versión a la canción de Otis Redding, Respect, tema acogido como bandera de la lucha de género.
A partir de ese momento la figura de Aretha Franklin adquirió la misma fuerza que su voz. Colocó 112 sencillos en las listas de popularidad del Billboard, ganó 17 Grammy, fue inducida, en 1987, en el Salón de la fama del Rock and Roll, sin mencionar lo importante que fue su figura en los movimientos sociales de la década de finales de los 60 y décadas posteriores.
La Reina del Soul le cantó presidentes, en las investiduras de Bill Clinton, en 1993 y de Barak Obama, en 2009. Generosa y amorosa, cantó en 2012 para el homenaje a su gran amiga Carol King, quien recibió la Medalla Honors que otorga el Kennedy Center for the Performing Arts, mismo reconocimiento que ella recibiera en 1994 y que la convirtiera en la artista más joven (52 años) en ser reconocida con este galardón.
Hay creadores que van bordeando los límites de su arte, Aretha es una de ellos. Su voz la llevo por el gospel, el soul, el jazz, el blues y hasta el pop, para ella no existieron diferencias de géneros, a todos los trataba con “Respeto”. Su potente voz surgía de su garganta con el mínimo esfuerzo, con una vocal podía llenar una sala de conciertos o un teatro, y cautivar y emocionar al alma más dura.
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